Cuarenta años después de la fundación de Brigadas Internacionales de Paz y nueve años después de la llegada de PBI a Honduras, seguimos acompañando de manera integral a organizaciones y personas defensoras de derechos humanos en riesgo: “La presencia internacional es el chaleco antibalas de las comunidades indígenas” (Donald Hernández, coordinador de CEHPRODEC).
En Honduras, observamos en el 2021 una preocupante intensificación de procesos de criminalización contra personas defensoras de la tierra y el territorio. Por lo tanto, procuramos contribuir a contrarrestar narrativas criminalizadoras y brindamos acompañamiento a organizaciones como la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), MILPAH y ARCAH durante varios juicios y audiencias en su contra. Además, observamos la audiencia contra los ocho defensores del río Guapinol así como el juicio a David Castillo, donde fue declarado culpable como coautor intelectual del asesinato de la defensora Berta Cáceres, la coordinadora de COPINH en el momento del crimen.
A pesar de trabajar bajo la sombra de la pandemia, pudimos volver a aumentar nuestra presencia física en el país, acompañando a personas defensoras en al menos 207 actividades, según la información recogida en la Infografía del 2021. La mayoría de estas actividades estaban vinculadas con la defensa de la tierra y el territorio, los derechos de las mujeres, los derechos de la comunidad LGTBI+, procesos de criminalización e impunidad y la libertad de expresión.
Aparte del acompañamiento físico, mantuvimos a lo largo del año 53 reuniones con la comunidad internacional y el cuerpo diplomático así como 65 reuniones con autoridades nacionales. En estas reuniones, tratamos temas de diversa índole, desde la constante presión sobre la tierra en Honduras y la implementación de megaproyectos como el de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) hasta el funcionamiento del Mecanismo Nacional de Protección y las amenazas hacia la comunidad LGTBI+. Para contribuir a la seguridad de las organizaciones acompañadas en riesgo, también realizamos 15 actividades de fortalecimiento de capacidades, caracterizadas por un enfoque digital, psicosocial y de género.
Al mismo tiempo, logramos fortalecer nuestro acompañamiento en comunicación e incidencia al abrir una cuenta de Twitter y al sacar varias publicaciones, entre las cuales queremos destacar el informe ‘En búsqueda de una protección integral para la diversidad sexual en Honduras’, en el que damos seguimiento a las recomendaciones recogidas en el Examen Periódico Universal (EPU) al que se sometió Honduras en noviembre de 2020. Y, al igual que el año pasado, las herramientas virtuales nos ayudaron a visibilizar aún más las preocupaciones de las personas defensoras, como la gira virtual a Estados Unidos con integrantes del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ), en la que compartieron su visión sobre los impactos negativos del proyecto hidroeléctrico Jilamito.
Durante el 2021, en el camino hacia la creación de nuevos espacios para la paz, PBI se sintió muy acompañada, gracias a la solidaridad y el compromiso, tanto de donantes como de las doce personas voluntarias en el proyecto en Honduras y de integrantes de los Grupos Nacionales de PBI en Europa y Norteamérica.
Frente al nuevo contexto hondureño de 2022, marcado no sólo por oportunidades sino también por desafíos en temas de derechos humanos, queremos resaltar el rol imprescindible que desempeñan las personas defensoras en velar por los derechos de toda la población hondureña.
Pincha aquí para consultar la Infografía 2021 completa (PDF)