Ser defensora o defensor de derechos humanos es una labor de mucho riesgo que se desarrolla en contextos de violencia socio-política y de una creciente criminalización. El estrés y las preocupaciones constantes traen consigo una seria de afectaciones a nivel físico y emocional que no solo atacan a la persona defensora en cuestión, sino que debilitan sus procesos organizativos y de resistencia.
Para poder hablar de estas afectaciones psicosociales que causa el contexto de amenaza permanente se ha organizado un Encuentro Regional entre la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras (IMD) y Brigadas Internacionales de Paz (PBI, por sus siglas en inglés). El encuentro tuvo lugar del 8 al 11 de octubre de 2018 en Colombia y participaron representantes de todas las entidades de PBI en Latinoamérica, así como 30 defensoras de 20 organizaciones integrantes de la IMD en Mesoamérica (Colombia, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, México).
El encuentro se enmarca dentro de un proyecto que tiene PBI en conjunto con la IMD financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda. A través de este proyecto, la IMD y PBI pretendemos intercambiar conocimientos alrededor del enfoque psicosocial, género, seguridad y protección y reubicación temporal entre ambas organizaciones, pero también entre las diferentes entidades de PBI en Latinoamérica.
La propuesta del encuentro fue poder crear un espacio de construcción colectiva en el cual no solamente hubiera discusiones, sino que también pueda ser un momento de respiro y descanso para las personas defensoras. Por ello, en las tardes las participantes ofrecían diferentes espacios de autocuidado, cuidado colectivo y sanación paralelos que a su vez permitían intercambiar conocimientos y buenas prácticas que disfrutar de los talleres. Hubo propuestas de masajes activadoras, ceremonias mayas, temazcal, biodanza, meditación, teatro del oprimido, ejercicios de memoria etc. Con estas herramientas se pretende mejorar las condiciones de trabajo de las personas defensoras, así como su estado de salud física, emocional y espiritual para generar formas de activismo más sostenibles a nivel individual pero también para los movimientos. A través de lo mismo también se vuelven a generar lazos de confianza entre las personas lo que a su vez fortalece la capacidad organizativa y por tanto la resistencia colectiva, así como una mejor protección.
Para PBI este encuentro fue muy valioso para poder entender más las necesidades de las personas defensoras, y en especial de las mujeres defensoras, a nivel psicosocial para poder trabajar este enfoque posteriormente en la incidencia con autoridades para mejores políticas públicas de protección en los diferentes países. Asimismo, el conocimiento compartido nos ayuda a fortalecer el enfoque psicosocial entre las entidades de PBI presentes y la perspectiva de género en el acompañamiento integral.
Para seguir intercambiando saberes entre la IMD y las diferentes entidades de PBI, se organizará otro encuentro regional en 2019 para poder discutir retos importantes en el tema de seguridad y protección y reubicación temporal de personas defensoras en riesgo.